lunes, 14 de febrero de 2011

cronicas de una necrofilica


— La lluvia empieza a caer levemente, Hélene alumbra con la lámpara de mano el trabajo que hace Morris al escarbar la tumba de Mauricio el joven enterrado en la tarde.  Los rayos empiezan a caer, Hélene mira a todos lados,  Morris le dice.
Morris:— ¡señora, me siento cansado!, ¿puedo descansar?.
— Hélene le propina un fuerte golpe en la cabeza.
Hélene:— ¡ya cállate y sigue escarbando!, para eso te pago.
— la lluvia arrecia, los relámpagos revelan el hermoso rostro de la despiadada y malévola mujer. Morris con la pala a tocado el féretro de Mauricio.
A duras penas Morris ha sacado el ataúd, su cuerpo esta todo enlodado al igual que su rostro,  un fuerte relámpago revela la hermosura de su físico a pesar de su mediana edad. Hélene ríe macabramente mientras le ordena a su esclavo que abra el ataúd.
Hélene :— ¡abre la tapa!, ¡imbécil!, deseo ver el cuerpo de Mauricio. Anda perro inmundo hazlo.
— la lluvia se intensifica, Morris abre la tapa, un rayo ilumina por unos cuantos segundos la escena, Hélene se ríe macabramente.
Hélene: — ¡jajajajaja!, ¡por fin te tengo!, ¡llévalo al carruaje!, no quiero que sufra ningún daño el cuerpo.
— Morris toma el cuerpo sin vida de Mauricio.
En la residencia de Hélene.
— Ha disminuido la intensidad de la lluvia, pero los relámpagos aun se manifiestan,  señal que la tormenta se volverá mas violenta entre poco, Hélene abre la puerta del sótano, le ordena a Morris que coloque el cuerpo de Mauricio en la mesa, rápidamente este lo hace, Morris desnuda el cuerpo de Mauricio al hacerlo siente pavor por tocar el frio cuerpo, su cuerpo se estremece. Mauricio queda al descubierto revelando cuan hermoso es, Hélene se excita al verlo, abre la llave de la pluma y toma la manguera, empieza a limpiar con agua el cuerpo de su más obsesiva pasión, si Hélene se excita por completo, mientras pasa la manguera por las partes viriles de Mauricio esta besa sus labios con tal alevosía que Morris se siente aterrado por la escena, él se recoge en una esquina del sótano mientras observa como ella flagela con sus labios a Mauricio.
Hélene:— ¡si no te pude tener vivo!, ahora muerto eres solo mío, entiéndelo solo mío, ¡ahora sentirás el poder de mis labios en todo tu cuerpo!, jajaja.
— ella insaciable mira a Morris esta lo llama.
Hélene:— ¡Morris ven acá!.
— este se niega. Ella alterada se acerca a su esclavo, le propina un fuerte golpe en la cabeza, lo toma por unos de sus robustos brazos.
Hélene: — ¡escucha maldito perro!, ¡tu harás lo que te digo!, ¡ya sabes que te espera!.
— Este accede a la petición de su ama.
La lluvia cae con mas fuerzas y los rayos alumbran, Morris besa el cuello de su señora, mientras esta huele el miembro Viril de Mauricio.
Hélene:— ¡sigue!, Morris por favor no detengas.
Morris:— ¡sus deseos son ordenes mi señora!.
— mientras es penetrada fuertemente  Hélene lame desesperadamente el abdomen de Mauricio.
Hélene:— ¡solo eres mío Mauricio!, ¡solo mío!, no tengas piedad de mi Morris.





1 comentario:

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