lunes, 28 de febrero de 2011

Extracto de la novela, el pacto


En la recamara de Álvaro
— Rebeca y Álvaro yacen tendidos mirándose uno al otro, acariciando sus cabellos con la más profunda de las devociones, Rebeca sabe que algo le sucede a su esposo.
Rebeca:- ¿que te pasa?.
 Álvaro le responde amorosamente, mientras acaricia el hermoso rostro de Rebeca
Álvaro:-— sabes que te amo con todas mis fuerzas, y siempre quiero lo mejor para ti no quiero perderte, pero debes separarte de mi, por tu bien , mi madre esta obsesionada contigo ella te odia con todas sus fuerzas Rebeca no deseo perderte.
Rebeca:- !yo jamás te dejare¡ eres el hombre que amo, ni la muerte y ni tu madre nos podrá separar.
Álvaro:- ella te quiere matar, ella es capaz de hacerlo
Rebeca:- !lo se¡, pero el amor que siento por ti es mucha grande que cualquier miedo te amo con todas mis fuerzas, no te dejare nunca. Así me cueste la vida misma.

Entre tanto en la mansión de Minerva.
— Minerva acaricia a su gato persa mientras ve la luna, su alma atormenta por su oscuro pasado la ha convertido en un ser frio y posesivo.
Minerva:— mi odio crece a cada momento, deseo matar a Rebeca me ha robado lo único que mas he amado en mi vida, ella no tiene idea de lo que soy capaz de hacer, asi como mate a mi padre, a mis hermanos le hare a ella la muy zorra cree que será feliz con mi hijo, no la dejare en paz hasta que logre separarlos, si tengo que vender mi alma al mismo diablo lo hare.
— Una brisa abre las ventanas apagando por completo las velas. Quedando a oscuras. Minerva siente por un momento el temor de la noche, cuando de repente las velas se encienden por arte de magia. Su gato se voltea a verla y le habla. Ella queda aterrorizada.
— Vaya mi amada Minerva eso quería oír hace tanto tiempo que venderías tu alma al mejor postor, me haces feliz tu decisión, podemos hablar de negocios si así deseas, y créeme mi amada Minerva jamás te arrepentirás de hacer tratos 

miércoles, 23 de febrero de 2011

Extracto de la novela, cronicas de una Necrofiga.


— la noche esta serena ,  Hélene  abre con cuidado el candado del mausoleo , detrás de ella se encuentra Morris su perro mas fiel alumbrándola con la lámpara de mano, una ligera brisa helada se hace presente y los fuertes músculos del sirviente adónico de Hélene se estremecen por completo.  La depravada mujer entrada en los cuarenta años abre la puerta, el sonido aterrador de la misma crea en Morris una parálisis en todo su cuerpo.  Esta lo mira y le propina un fuerte golpe en la cabeza, le replica.
Hélene:— ¡en verdad eres un cobarde Morris !, todo te da miedo, esto no puede ser, ¡anda sígueme!, o me harás enojar aun mas de lo que estoy.
— Morris tiembla.
Morris:— ¡perdóneme mi señora!, tengo miedo.
Hélene:— ¡es mejor que camines!, por tu bien.
— Hélene toma la lámpara de la mano de Morris y empieza a caminar, a los pocos segundos es seguida por Morris.
— Morris mira todo a su alrededor, siente el aplastante frio de las paredes del mausoleo,  al igual que el inquietante ruido de las ratas que caminan a su lado, Morris toca el hombro de su dueña para sentir confianza y seguridad. Empieza a llover ligeramente. Hélene se detiene,  se voltea a ver a Morris, aquellos ojos penetrantes de Hélene esclavizan el alma de Morris.
Hélene:— ¡Morris !, es una señal que todo nos saldrá bien sígueme, ya estamos cerca.
Minutos después
—la lluvia poco a poco se convierte en tormenta,  los rayos iluminan el lugar, Morris esta tratando de abrir la cripta, Hélene se siente impaciente.
Morris con gran esfuerzo logra abrir la tapa la ha movido parcialmente, Hélene se acerca un poco mas para alumbrar el valioso tesoro, si ahí esta el. Igual que ayer como si nada hubiera pasado desde su muerte, Hélene mira a Morris,  este entiende y mueve mas la tapa. Al hacerlo deja al descubierto el cuerpo del hermoso Andreu. Ahí esta él, Hélene disfruta al verlo una vez mas.  Le ordena a Morris que lo saque de la cripta y lo coloque en piso. Rápidamente le obedece, toma en brazos al bello chico de tan solo quince años. Le ordena a Morris que se aleje, este se retira a un lado solo a mirar.
Los rayos caen con tal fuerza que su luz parece de día, como una loba hambrienta arranca la ropa del cadáver, la despedaza con tal alevosía que ella siente que su vida se le va de sus manos con cada tirón, se vuelve loca y empieza reírse a carcajadas. Es tal el deseo que ella misma desgarra sus ropas revelando sus pechos. Empieza a lamer el cuerpo de Andreu, para ella es un placer sentir la fría piel de aquel hombre que ella amo en vida en secreto, recorre cada centímetro de su cuerpo virginal, se detiene a oler las partes nobles, los lame sin parar acaricia con sus manos cada musculo inmóvil, ella siente el éxtasis, la ha dominado por completo la lujuria.  Mira a Morris.
Hélene :— ¡arráncame!., lo que me queda de ropa y poséeme, ¡hazlo!, deseo sentir tu falo dentro de mi, domíname Morris ven que el placer es intenso. No ves que el cuerpo de Andreu es una delicia, no puedo dejar de saborear su piel tersa, como la delicia que es su miembro viril, ¡hazme tuya!.
— Morris se quita la ropa. Empieza a despertar su enorme falo con su mano mientras ve como su señora es dominada por los placeres de la lujuria. Ya parcialmente erecto su pene se acerca a su ama le arranca lo que le hace falta de ropa, y empieza a penetrarla, esto la excita aun mas, empieza a morder el cuerpo de Andreu poseída por la sensación de ser penetrada.
Hélene:— ¡así!, ¡hazlo, no te detengas!, ¡no tengas piedad de mi!, ¡es así que lo deseo sentir dentro mi todo!, ¡muévete mas rápido así, no te detengas!, ¡porque yo devorare el cuerpo de Andreu!, sin piedad alguna.



lunes, 14 de febrero de 2011

cronicas de una necrofilica


— La lluvia empieza a caer levemente, Hélene alumbra con la lámpara de mano el trabajo que hace Morris al escarbar la tumba de Mauricio el joven enterrado en la tarde.  Los rayos empiezan a caer, Hélene mira a todos lados,  Morris le dice.
Morris:— ¡señora, me siento cansado!, ¿puedo descansar?.
— Hélene le propina un fuerte golpe en la cabeza.
Hélene:— ¡ya cállate y sigue escarbando!, para eso te pago.
— la lluvia arrecia, los relámpagos revelan el hermoso rostro de la despiadada y malévola mujer. Morris con la pala a tocado el féretro de Mauricio.
A duras penas Morris ha sacado el ataúd, su cuerpo esta todo enlodado al igual que su rostro,  un fuerte relámpago revela la hermosura de su físico a pesar de su mediana edad. Hélene ríe macabramente mientras le ordena a su esclavo que abra el ataúd.
Hélene :— ¡abre la tapa!, ¡imbécil!, deseo ver el cuerpo de Mauricio. Anda perro inmundo hazlo.
— la lluvia se intensifica, Morris abre la tapa, un rayo ilumina por unos cuantos segundos la escena, Hélene se ríe macabramente.
Hélene: — ¡jajajajaja!, ¡por fin te tengo!, ¡llévalo al carruaje!, no quiero que sufra ningún daño el cuerpo.
— Morris toma el cuerpo sin vida de Mauricio.
En la residencia de Hélene.
— Ha disminuido la intensidad de la lluvia, pero los relámpagos aun se manifiestan,  señal que la tormenta se volverá mas violenta entre poco, Hélene abre la puerta del sótano, le ordena a Morris que coloque el cuerpo de Mauricio en la mesa, rápidamente este lo hace, Morris desnuda el cuerpo de Mauricio al hacerlo siente pavor por tocar el frio cuerpo, su cuerpo se estremece. Mauricio queda al descubierto revelando cuan hermoso es, Hélene se excita al verlo, abre la llave de la pluma y toma la manguera, empieza a limpiar con agua el cuerpo de su más obsesiva pasión, si Hélene se excita por completo, mientras pasa la manguera por las partes viriles de Mauricio esta besa sus labios con tal alevosía que Morris se siente aterrado por la escena, él se recoge en una esquina del sótano mientras observa como ella flagela con sus labios a Mauricio.
Hélene:— ¡si no te pude tener vivo!, ahora muerto eres solo mío, entiéndelo solo mío, ¡ahora sentirás el poder de mis labios en todo tu cuerpo!, jajaja.
— ella insaciable mira a Morris esta lo llama.
Hélene:— ¡Morris ven acá!.
— este se niega. Ella alterada se acerca a su esclavo, le propina un fuerte golpe en la cabeza, lo toma por unos de sus robustos brazos.
Hélene: — ¡escucha maldito perro!, ¡tu harás lo que te digo!, ¡ya sabes que te espera!.
— Este accede a la petición de su ama.
La lluvia cae con mas fuerzas y los rayos alumbran, Morris besa el cuello de su señora, mientras esta huele el miembro Viril de Mauricio.
Hélene:— ¡sigue!, Morris por favor no detengas.
Morris:— ¡sus deseos son ordenes mi señora!.
— mientras es penetrada fuertemente  Hélene lame desesperadamente el abdomen de Mauricio.
Hélene:— ¡solo eres mío Mauricio!, ¡solo mío!, no tengas piedad de mi Morris.





domingo, 13 de febrero de 2011

Extrato de la novela relatos parafilicos


Afuera llueve intensamente, los rayos caen, su ruido silencia los gritos de Esteban el cual esta encadenado mientras es flagelado cruelmente por Alicia, ella disfruta con cada latigazo infringido  en la ancha y robusta espalda de su amante, Alicia se excita al ver como se retuerce de dolor al ver los gestos en su rostro es implacable con cada azote.
Se detiene por un momento, se dirige hacia Esteban. Se coloca delante de él, le lame la cara y lo besa.
Alicia:— ¡mi rey!, ¿Quién es tu perra?, ¡anda dímelo!, perro asqueroso.
Esteban:— ¡eres tu mi reina!, solo tu, dame mas duro no tengas piedad de mi por favor.
— Alicia le da unas fuertes palmadas en el fuerte de trasero de Esteban, Alicia le vuelve a lamer el rostro sudoroso  de su esclavo, Alicia aprieta fuertemente el miembro viril de Esteban, este se retuerce de placer, ella se ríe, se agacha. Empieza a destrozar sin piedad  alguna el balano de su musculoso sirviente sexual.
Alicia:— ¡vas a experimentar!, lo que es el verdadero placer. Me tomare todo tu semen y hare de tus testículos la morada de mi boca, ¡prepárate! Porque jamás olvidaras esta noche.
Esteban:— ¡si castígame!, ¡siiii!, ¡por dios!, ¡hazme tuyo!, ¡por dios!, ¡así  es perra!, comételo todo, así es comételo todo no dejes nada afuera .
Alicia.— ¡voy a destrozar tu pene sin piedad alguna!, ¡disfrútalo!.
— Alicia introduce su dedo índice en el ósculo de Esteban, sus glúteos se resisten pero el placer es tal que sede por completo ante las manos voraces de su dueña, al sentir el devorador dentro de su ser Esteban no resiste se retuerce por completo, las cadenas son estremecidas por los fuertes movimientos que hace Esteban para escapar. Esteban quiere más.
Esteban:— Alicia méteme el mango del látigo ten piedad de mi, ¡hazlo!.
— Alicia toma el látigo del suelo y sin vacilar se lo introduce en el recto, al sentirlo dentro de si Esteban le pide Alicia que lo penetre fuertemente, mientras ella devora con sus labios el pene de su amado mueve rápidamente el mango.  
Esteban:— ¡toma de mi!, eres la mujer que siempre he deseado, toma de mi ya estoy a punto de llegar toma.
Alicia:— ya veras mi rey que hare con el.
Esteban derrama en la boca de Alicia su semen .
— Alicia bebe sin piedad alguna el semen de Esteban.

sábado, 12 de febrero de 2011

Extracto Entre les ombre


Una hora después,  en una calle oscura.
— La lluvia cae copiosamente, Marie se encuentra cansada de buscar a su hermana, se siente realmente preocupada por ella, la desesperación la embarga por completo.
Marie:— ¡en donde estará Sophie!, por Baal Zebul, ¿la habrán asesinado?, ¿pero quien?, ¿Cómo se lo explicare a mi madre y Sebastien?, ¡maldita sea Sophie!, en hora buena te vienes a desaparecer.
                Marie al doblar la esquina ve una escena espeluznante, la luz del farol refleja como una mujer esta siendo devorada por un niño, Marie retrocede, no hace el mas mínimo ruido, Lilitu percibe la presencia de la hechicera, Marie silenciosamente empieza a escabullirse, entre tanto La bestia termina rápidamente de comerse el corazón de la bruja.
Pasados algunos minutos.
                Marie corre rápidamente, su corazón se le quiere salir de su cuerpo, de repente una manada de perros se encuentran en frente de ellas, sus ojos son amarillos, avanzan lentamente hacia ella, Marie retrocede, al voltearse ve cara a cara de la  bestia ,Marie grita desesperadamente.
Marie:— ¡que demonios deseas de mi!, ¡yo no valgo nada!,  ¡porque deseas matarme!, ¡piedad de mi!, ¡piedad de mi!.
                Marie se arrodilla ante el despiadado demonio, este se sonríe, mira a los perros, estos se abalanzan contra Marie , mordiéndola , despedazando sus carnes, los gritos de Marie retumban, pero nadie la escucha. El malévolo ser se ríe.
La bestia : — jajaja, asi destrócenla, devoren sus carnes, hijos de la noche , aliméntense de esa perdida, hija de Baal Zebul, solo dejemen el corazón de esa mal nacida, jajaja.
Marie: — ¡nooo, nooo!, ¡piedad, piedad, se lo suplico!.
La bestia:— jajaja, nadie tendrá piedad de ti, perra vagabunda

Extracto Entre les ombre


Entre tanto, un carruaje ha llegado a la ciudad de Paris.
                La lluvia es cada vez mas intensa. Dentro del carruaje  se encuentra Baal Zebul..
Un poco mas tarde, en un orfanatorio de la ciudad de Paris.
                La lluvia cae intensamente. La despiadada Claude, cuenta el dinero obtenido de la venta de niños, se sonríe, para ella es un negocio jugoso, venderlos a las demás. La lluvia ha empezado a caer.  Se levanta de silla, toma la lámpara de mano, dirigiéndose al dormitorio de los niños.
Pasados algunos minutos
                Abre la puerta, las criaturas duermen, da unos cuantos pasos, se decide sentar en una cama en donde están dos niños varones, los mira, atentamente, acaricia con su áspera mano el rostro de los ángeles, la lujuria la poseído, no se siente conforme con solo tocar el rostro acaricia el tierno cuerpo de los infantes, se deleita con sentir la ternura de su piel, moja sus resecos labios con su lengua, desea poseerlos una vez mas antes de venderlo, oye un ruido. Camina hacia donde se origino el sonido, sus pasos son lentos y fuertes, no tiene temor alguno.
Claude:— ¿Quién se atreve a entrar a mi casa?, no sabe lo que le espera.
                Claude esta al principio de un largo pasillo, llueve mas fuerte , los relámpagos alumbran la casa como si fuera de día, no ve nada.
Claude:— debe ser mi imaginación.
                Un relámpago la deja ciega por unos cuantos segundos, al recuperar la vista, visualiza la figura de un niño.
Claude: — ¡te he dicho mil veces, que no salgas de tu habitación, ahora tendré que darte un castigo ejemplar!.
                Claude, lo toma de su brazo, pero este la somete con su fuerza arrodillándola.la tumba al suelo, Claude grita.
Claude:— ¡suéltame, suéltame!, ¡déjame en paz!.
                Los gritos de Claude son consumidos por el fuerte ruido de la lluvia, La bestia la lanza a través de la ventana. Cayendo al suelo quedando inconsciente por unos cuantos minutos.
Pasados algunos minutos.
                La lluvia cae sobre ella  despertándola de  su desmayo, trata de incorporarse del suelo, todo le da vuelta, no entiende nada, al levantar su rostro, el reflejo de los rayos, revelan los ojos malignos de la bestia.
Claude :— ¿Quién demonios eres?.
La bestia:— soy tu verdugo, perra infeliz.
                La bestia le arremete un golpe en su cara, quedando esta inconsciente, mientras empieza a tomar de su sangre.

Extracto Entre les ombre


Entre tanto, un carruaje ha llegado a la ciudad de Paris.
                La lluvia es cada vez mas intensa. Dentro del carruaje  se encuentra Baal Zebul..
Un poco mas tarde, en un orfanatorio de la ciudad de Paris.
                La lluvia cae intensamente. La despiadada Claude, cuenta el dinero obtenido de la venta de niños, se sonríe, para ella es un negocio jugoso, venderlos a las demás. La lluvia ha empezado a caer.  Se levanta de silla, toma la lámpara de mano, dirigiéndose al dormitorio de los niños.
Pasados algunos minutos
                Abre la puerta, las criaturas duermen, da unos cuantos pasos, se decide sentar en una cama en donde están dos niños varones, los mira, atentamente, acaricia con su áspera mano el rostro de los ángeles, la lujuria la poseído, no se siente conforme con solo tocar el rostro acaricia el tierno cuerpo de los infantes, se deleita con sentir la ternura de su piel, moja sus resecos labios con su lengua, desea poseerlos una vez mas antes de venderlo, oye un ruido. Camina hacia donde se origino el sonido, sus pasos son lentos y fuertes, no tiene temor alguno.
Claude:— ¿Quién se atreve a entrar a mi casa?, no sabe lo que le espera.
                Claude esta al principio de un largo pasillo, llueve mas fuerte , los relámpagos alumbran la casa como si fuera de día, no ve nada.
Claude:— debe ser mi imaginación.
                Un relámpago la deja ciega por unos cuantos segundos, al recuperar la vista, visualiza la figura de un niño.
Claude: — ¡te he dicho mil veces, que no salgas de tu habitación, ahora tendré que darte un castigo ejemplar!.
                Claude, lo toma de su brazo, pero este la somete con su fuerza arrodillándola.la tumba al suelo, Claude grita.
Claude:— ¡suéltame, suéltame!, ¡déjame en paz!.
                Los gritos de Claude son consumidos por el fuerte ruido de la lluvia, La bestia la lanza a través de la ventana. Cayendo al suelo quedando inconsciente por unos cuantos minutos.
Pasados algunos minutos.
                La lluvia cae sobre ella  despertándola de  su desmayo, trata de incorporarse del suelo, todo le da vuelta, no entiende nada, al levantar su rostro, el reflejo de los rayos, revelan los ojos malignos de la bestia.
Claude :— ¿Quién demonios eres?.
La bestia:— soy tu verdugo, perra infeliz.
                La bestia le arremete un golpe en su cara, quedando esta inconsciente, mientras empieza a tomar de su sangre.