martes, 22 de octubre de 2013

Al mismo tiempo
En el tétrico lugar en que fueron enterrados Kathie y Bruno.
La luz de la luna da un aspecto fantasmal al lugar donde fueron enterrados Kathie y Bruno, una ligera neblina aparece de la nada envolviendo cada centímetro de aquel pequeño sector del espeluznante cementerio improvisado, el canto de los búhos es el único sonido que retumba por todas partes. Una repentina ráfaga de viento se adueña del lugar, todo queda en silencio, por unos cuantos minutos. De entre las sombras aparecen dibujadas escondidas entre los árboles, las figuras fantasmales de niños y jóvenes que se acercan como un ejército a la morada de descanso de Bruno, son las almas de los asesinados por Valentino que se han levantado de sus tumbas, para pedir justicia, los espíritus atormentados se han reunido alrededor de la fosa de Bruno.
Voces: — ¡Despierta, Bruno!, toma venganza por nosotros, ¡mátalo!, ¡mátalo!, por culpa de él estamos en el infierno, tú lo juraste antes de morir, tienes que cumplir con tu palabra, hijo de Basututu, ¡tú lo juraste!, debes vengarte, ¡mata a Valentino!, él nos asesinó y nos condenó a esta prisión, robó nuestras vidas, ¡mátalo, hijo del demonio!, levántate.
El suelo que servía de fosa para el cuerpo de Bruno empieza a moverse lentamente, los murmullos avivan cada parte del cuerpo sin vida de Bruno, y su alma logra salir del infierno para tomar venganza. Se levanta, y mira a su alrededor, sus ojos son de un color amarillo espectral, los ve a todos y les dice.
Bruno: — Vengaré sus muertes al igual que la mía, yo mismo lo conduciré a él al infierno.

Empieza a caminar rumbo a la mansión morichal y las almas lo acompañan.

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