Una hora después, en la mansión de la marquesa Susan.
— La lluvia se hace intensa cada vez mas, los rayos caen, Susan peina su hermosa caballera, sin saber ella, que el peligro esta cerca.
Susan:— ¡maldita sea!, como fui tan estúpida, en confiar en un esclavo, debo matar a Thomas lo mas pronto posible.
— Una fuerte ventisca entra a su alcoba abriendo las ventanas de par en par, la lámpara se apaga, el viento se detiene, la lluvia entra a la habitación, Susan percibe la presencia de un ser malévolo en la habitación, Susan se levanta de su sillón, la luz de la lámpara se enciende, Susan queda perpleja al ver a un extraño visitante parado en una esquina mirándola fijamente. No puede emitir palabra alguna, el miedo se apoderado por completo de su ella, el malévolo ser la mira, mientras camina.
La bestiA:— hola muñeca, no tengas miedo de mi.
Susan:— ¿Quién demonios eres?.
La bestia:— mi nombre no tiene importancia, solo vengo a matarte.
Susan:— ¿Por qué ?, ¿Qué mal te he hecho?.
La bestia:— eres hija de Sammael, por eso te matare.
Susan:— ¡espera! , hagamos un trato, de nada te servirá matarme, sabes, si odias a mi padre, yo no soy la culpable del mal que te ha hecho, pero si puedo decirte en donde se esconde.
La bestia:— ¡seria capaz de traicionar a tu propia padre!, en verdad eres una zorra sin principios, por salvar tu pellejo vendes a tu propio padre eres de lo peor .
Susan:— ¡te juro que digo la verdad!, yo no miento, es cierto se donde duerme, soy su esposa. Por favor no me mates, mi vida no vale nada al lado de Sammael, déjame vivir, te diré en donde esta Sammael.
— La bestia se detiene.
La bestia:— si me dices la verdad, no te matare, si me mientes no habrá lugar alguno para que te escondas de mi porque ire detrás de ti, y te desollare viva, ¡yo soy el principio y el fin de todos ustedes!, ¡fuera de mi no hay nada!. Veo en tus ojos lo traidora que eres zorra de callejones,.
Susan:— el se esconde cerca de la catedral de Saint Germain en una residencia, propiedad de la varonesa Aimé, pero en este momento debe estar regresando de la ceremonia nupcial de una de sus hijas.
La bestia:—¡perfecto!, Susan, lastimosamente tienes mucho de mi zorra, yo soy de lo peor, no cumplo mis promesas, sabes el porque, mi sed de venganza es enorme, es por eso que las mato, sin piedad alguna. Ahora es tu turno de morir.
— Las ratas entran a la habitación por la ventana, se dirigen hacia Susan, la muerden esta cae al suelo, la bestia se ríe mientras Susan es devorada por las ratas.
La bestia:— continúen así hijos de la noche, solo déjenme el corazón.
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